16/11/2016 en Calefacción
¿Miedo a encender la calefacción?
Las buenas temperaturas del año se están alargando en meses propiamente otoñales, pero acabará siendo inevitable encender la calefacción en los próximos días. Resguardarnos del frio engorda nuestras facturas, ¿cuánto te cuesta a ti poner la calefacción?
Los trucos y consejos para gastar lo mínimo posible en calefacción son variados y con diferente efectividad. Resumimos los más importantes para que este año la factura de la calefacción no se te suba hasta las nubes.
La calidad de la vivienda
La elección de una vivienda pasa por la combinación adecuada de localización, tamaño y precio. La calidad de la construcción es una cuarta característica básica a tener en cuenta que se suele olvidar. Un edificio bien aislado, con buenos materiales y buena orientación puede repercutir en un ahorro directo en aire acondicionado, desperfectos y, por supuesto, calefacción.
Aislamiento: pregunta qué tipo de aislamiento tiene la vivienda. Lo básico es que haya en las paredes y en el suelo. Presta especial atención a los suelos que están sobre la tierra, como los del garaje de una casa. Si la vivienda está bien aislada se controlará mejor la temperatura del interior ya que el impacto de las temperaturas exteriores (el frío en invierno y el calor en verano) bajan.
Las ventanas son otro de los elementos que protegen las temperaturas del interior. Lo básico es que estén bien colocadas para que no entre aire por algún hueco. También es recomendable que tenga doble cristal porque la cámara interior que queda entre ambos funciona como aislante entre el interior y el exterior.
Revisar rendijas: un pequeño espacio que deje pasar el viento puede bajar varios grados la temperatura del interior de la vivienda. Como consecuencia tendremos que dar intensidad a la calefacción y aumentar el gasto. Revisa conductos de ventilación, ventanas, puertas o balcones para asegurarte de que todo está sellado.
Puntos de calor: el sitio donde se sitúen los puntos de calor (radiadores, la bomba de calor, chimenea…) influye directamente en la eficiencia del sistema. Los radiadores suelen colocarse debajo de las ventanas, por donde se transmite frío, para que se caliente al instante. Los suelos radiantes hacen una distribución muy homogénea; pero acuérdate de que la madera no transmite el calor. Si hay parqué en las estancias con suelo radiante pregunta de qué material está hecho.
La temperatura adecuada
Los grados: Elegir la temperatura adecuada es importante para controlar el consumo, no se trata de ir en manga corta en pleno mes de diciembre. El IDAE recomienda una temperatura de entre los 19º y los 21º durante el día y por la noche es suficiente mantenerla entre 15º y 17º. Por cada grado que se aumente, se aumenta el consumo energético en un 7% y la factura sube.
La temperatura adecuada de una vivienda durante el día está entre los 19 y los 21 grados.
El termostato: si en tu sistema no hay un termostato de serie invierte en uno para poder controlar la temperatura de la vivienda en cada minuto. Cambiar la temperatura entre la noche y la mañana de forma automática es más sencillo y evitamos olvidos. Además, puede ser interesante seleccionar un termostato con control remoto, por ejemplo, si viajas mucho, para encender la calefacción con tiempo y que al llegar a casa esté caliente.
Ajusta la temperatura a tus horarios: las recomendaciones genéricas variarán en función de los hábitos. Por ejemplo, la temperatura de día (entre los 19 y los 21 grados) debería ser la que notemos cuando salimos de la cama y tenemos que programar nuestro sistema de calefacción para ello. El horario influye directamente en la hora de planificar los horarios de encendido, apagado y reajuste de grados.
Los hábitos
Las pequeñas cosas que hacemos a diario a lo largo de muchos días pueden contribuir a mejorar la eficiencia energética de la vivienda, pero también a empeorarla. La idea es fomentar los buenos hábitos para reducir la factura.
Aprovecha la luz solar: es tan fácil como cerrar persianas y correr cortinas por la noche. El objetivo es conseguir un sellado máximo de la vivienda para que no entre frío. Durante el día hay que abrirlas para dejar entrar los rayos de sol, con ellos entra calidez y ayuda a aumentar la temperatura.
Ventila la casa: incluso los días de frío intenso. Es importante ventilar para mantener la temperatura y renovar el aire. Con 5 o 10 minutos será suficiente
Revisa tu sistema de calefacción: al menos una vez al año revisa la calefacción porque es importante que un profesional le eche un vistazo. Gastar un poco hoy puede evitar futuros arreglos más costosos.
Mantenimiento del sistema de calefacción: además de la revisión hay sistemas de calefacción que necesitan cierto mantenimiento. Suelen ser pequeñas tareas sencillas que van desde purgar los radiadores una vez al año hasta la limpieza de conductos de ventilación. Conocer bien el sistema que utiliza tu vivienda es clave para hacer un mantenimiento adecuado.