El reparto “proporcional” en base al consumo de cada vecino aunará los beneficios energéticos de una instalación colectiva con los beneficios de la contabilización y facturación individual.
El coste de explotación no puede dividirse únicamente en coste variable proporcional al consumo de energía de cada vivienda, pues existen costos fijos, justificados por la necesidad de mantener el servicio disponible para cada vecino tanto si consumo energía como si no lo hace.
Para repartir los consumos de cada vivienda se deben analizar los costes de la explotación de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS), pues tendrán componentes fijos, que deberán repartirse independiente del consumo de cada vecino, y componentes variables en función del consumo energético de cada vivienda.
¿Qué porcentaje de costes de calefacción y de ACS tiene que ser fijo o variable?
Cuando una instalación térmica es mixta con servicio de calefacción y ACS se deberá realizar un primer reparto de estos costes entre ambos servicios.
Para realizar esta división de costes entre ambos servicios en primer lugar habrá que ver “el peso” de cada servicio en el costo total. En muchos casos el consumo en calefacción será superior al de ACS, o al menos el 50 %. Esta proporción dependerá de varios factores:
- Zona climática. Hay zonas que son más severas en cuanto al invierno, y tienen grandes consumos de calefacción.
- La superficie calefactada.
- La existencia o no de producción solar de ACS. Pues si existe ACS mediante energía solar térmica el consumo de ACS convencional se reduce.